Colombianas y colombianos:<br>Luego de tres años de proceso, en octubre del año pasado las FARC y el Gobierno Nacional reconocieron que no era viable continuar la negociación en medio del conflicto y que, por lo tanto, debían lograrse acuerdos para que las discusiones sobre la agenda temática se hicieran en un ambiente de paz y no en medio de la guerra.<br>Tal reconocimiento dio origen al llamado Acuerdo de San Francisco, que consiste en el compromiso de las partes de discutir de inmediato y con prioridad el tema de la tregua con cese de fuegos y hostilidades.<br>Esto es: No más secuestros; no más ataques a las poblaciones; no más extorsiones; no más pescas milagrosas; no más destrucción de la infraestructura nacional.<br>En resumen: la exclusión de la población civil del conflicto.<br>Para lograr todo lo anterior, es que hemos hecho este enorme esfuerzo de reactivar el proceso, sin claudicar hasta el último momento.<br>¡Terminar la guerra es el verdadero anhelo del país y de los colombianos! ¡Ese es el clamor que las FARC no había querido escuchar y cuya solución el Gobierno está exigiendo!<br>Infortunadamente, como todos ustedes saben, durante los más de tres meses transcurridos desde la firma del Acuerdo de San Francisco, las FARC se negaron a negociar estos temas, bajo el pretexto de que no tenían garantías en la zona de distensión.<br>El Gobierno reiteró a las FARC que los controles a la zona no eran negociables y que el reconocimiento expreso de las FARC sobre la existencia de garantías en la zona de distensión era indispensable para mantener el proceso de paz.<br>Le dije al país que sólo una manifestación pública en ese sentido podría detener el reloj.<br>James Lemoyne, enviado especial de la ONU a Colombia. Pastrana agradeció especialmente a James Lemoyne, enviado especial de la ONU. En los últimos días James LeMoyne, asesor especial del Secretario General de las Naciones Unidas, y posteriormente el grupo de 10 países facilitadores, le solicitaron al gobierno autorización para reunirse con las FARC, con el fin de realizar el último esfuerzo para salvar el proceso.<br>Gracias a esta gestión, hoy puedo anunciar al país que la manifestación solicitada se ha dado y, por tanto, el proceso de paz continúa.<br>Las FARC, finalmente, han reconocido, ante el país y la comunidad internacional, la existencia de las garantías en la zona y han aceptado entrar a negociar, de forma inmediata, los temas planteados en el Acuerdo de San Francisco, comenzando por el cese al fuego y de hostilidades y del secuestro.<br>Los controles de la zona de distensión establecidos por el gobierno nacional se mantienen, tal como han venido funcionando desde el inicio del proceso.<br>Pero esto no es suficiente. El proceso sólo se justifica si produce resultados concretos, hechos de paz tangibles.<br>Yo sé que, con sólo la declaración del día de hoy, los colombianos no van a recuperar la fe en la palabra y la voluntad de paz de las FARC.<br>De ellos depende, con sus actos y responsabilidad, ganar la confianza del pueblo colombiano en su palabra.<br>Lo logrado en el día de hoy no es un triunfo de una parte sobre la otra, ni lo reclamo como tal<br>Este es el producto de la convicción de la inmensa mayoría del pueblo colombiano y de la comunidad internacional de que el mejor camino para acabar este conflicto que desangra a Colombia es el del diálogo y la negociación, siempre y cuando produzca resultados concretos.<br>Por supuesto, el país sabe que, si no se hubiera producido este acuerdo y hubiéramos tenido que decretar el fin de la zona de distensión, lo hubiéramos hecho sin que nos temblara el pulso para ello.<br>Nuestras fuerzas armadas demostraron, una vez más, que estaban listas para cumplir su compromiso, y su disposición merece el reconocimiento de todos los colombianos. Pero mientras haya una oportunidad para la paz, responsablemente, vamos a tomarla.<br>El plazo de las 48 horas que estaba corriendo se ha detenido. Ahora tenemos hasta el 20 de enero, la fecha en que vence la zona de distensión.<br>Comienza a correr el tiempo para llegar a acuerdos que le demuestren al país que hay una verdadera voluntad de paz por parte de las FARC.<br>Desde la firma del Acuerdo de San Francisco hasta el próximo vencimiento de la zona de distensión, teníamos más de 100 días.<br>Infortunadamente, por causa de la guerrilla, ahora sólo nos quedan seis, pero vamos a utilizarlos para lograr en ellos la definición de un cronograma preciso, para que en el menor tiempo posible lleguemos a acuerdos destinados a disminuir la intensidad del conflicto y sacar a la población civil del mismo, para que termine de una vez por todas el secuestro, la extorsión y la destrucción de infraestructura.<br>Camilo Gómez, comisionado para la paz de Colombia. El presidente pidió a Gómez, comisionado para la paz, comenzar de inmediato las reuniones. Para ello, he dado instrucciones precisas al Alto Comisionado para la Paz de comenzar hoy mismo las reuniones encaminadas a la suscripción de acuerdos que excluyan a la población civil de los efectos de la violencia.<br>Queda menos de una semana para definir si se prorroga o no la zona de distensión. No hemos llegado aún a la meta.<br>Ahora es un momento de definiciones, como nunca antes en el proceso. Un momento para avanzar con hechos concretos hacia la paz y la humanización del conflicto.<br>A todos mis compatriotas, a las distintas fuerzas políticas y sociales, a la comunidad internacional, que me expresaron su apoyo y rodearon al gobierno en estos complejos momentos de decisión, quiero expresarles mi más sincero agradecimiento.<br>Que no se equivoquen las FARC: en estos días todos hemos podido presenciar lo que puede un país unido por la paz. El país habló claro y como nunca.<br>Todos los colombianos, sin excepción, sin diferencias, rodeando las instituciones y siendo solidarios con el gobierno, hemos dejado claro a los violentos hasta dónde estamos dispuestos a ir para recuperar la paz a la que tenemos derecho.<br>Yo he interpretado a un pueblo que anhela la paz y este pueblo ha dicho la última palabra. El país habló.<br>Con este espontáneo plebiscito nacional, a los violentos no les debe quedar duda alguna: ¡Jamás por las armas podrán entrar al corazón del pueblo!<br>Quiero hacer un expreso reconocimiento a la tarea cumplida por el señor James Lemoyne, por el grupo de países facilitadores, por el señor Nuncio Apostólico y por monseñor Alberto Giraldo. Colombia agradece su gestión desinteresada por la paz.<br>El 7 de diciembre del año pasado propuse, en una carta dirigida a Manuel Marulanda, que estableciéramos un acompañamiento internacional para verificar y garantizar el cumplimiento de los acuerdos que se firmen y para asegurar la continuidad del proceso.<br>La gestión adelantada por la comunidad internacional me permite reiterar una vez más a las FARC la necesidad de establecer dicho acompañamiento.<br>Colombianas y colombianos:<br>Mi compromiso con ustedes es el de seguir luchando para alcanzar la paz, pero no cualquier paz, sino la que Colombia merece: una paz digna y justa. Que Dios los bendiga. Y que Dios me bendiga. Buenas noches