Señores jefes de Estado, jefes de Gobierno y jefes de delegación.Excelentísimo amigo, señor presidente Ilham Aliyev.Antes de avanzar en el orden del día, propongo que tengamos un minuto de silencio para rendir tributo a la memoria de aquellos líderes de nuestro Movimiento de Países No Alineados que han fallecido desde la pasada cumbre del año 2016, en la Isla de Margarita, hasta nuestros días. Nos referimos a sus excelencias: Mohamed Béji Caïd Essebsi, presidente de la República de Túnez; Robert Mugabe, expresidente de la República de Zimbabue; Bacharuddin Jusuf Habibie, expresidente de la República de Indonesia; y la señora Sushma Swaraj, exministra de Relaciones Exteriores de la India.En nombre de ellos, vamos a iniciar un minuto de silencio.Ahora, en nombre de los Estados miembros de nuestro Movimiento, así como de los invitados especiales, y en el mío propio, expresamos nuestro profundo agradecimiento al pueblo y al gobierno de la República de Azerbaiyán por su hospitalidad y generosidad a lo largo de toda nuestra estadía.Es un honor participar, en nombre de nuestros pueblos, en esta XVIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Movimiento de Países No Alineados, que nos ha traído hasta esta hermosa ciudad de Bakú, en la República de Azerbaiyán; país con el cual nos unen profundos lazos de amistad y a cuyo pueblo y gobierno reiteramos nuestro agradecimiento por su amable hospitalidad y generosidad para con todas nuestras delegaciones desde nuestra llegada a esta tierra generosa.Hace tres años, luego de la celebración de la exitosa cumbre de la Isla de Margarita, en Venezuela, nuestro país asumió la presidencia del Movimiento de Países No Alineados para los años 2016–2019, un período difícil, turbulento, signado por la incertidumbre y la presencia de tremendos desafíos, representados por las políticas imperiales aplicadas por algunas potencias que pretenden, bajo la óptica del unilateralismo, vulnerar la soberanía y la independencia política de los Estados, en perjuicio de la paz, los derechos humanos y el desarrollo de nuestros pueblos.En nuestro país, Venezuela, hemos sido ejemplo de cuán agresiva y lesiva puede ser, para el derecho internacional, la intervención de países hegemónicos que promueven, por la vía de medidas coercitivas unilaterales, de bloqueos económicos y comerciales y de amenazas de intervención armada, un cambio de régimen por la fuerza y el doblegamiento. Pero es también nuestro pueblo —un país pequeño y pacífico, de cuyos confines partieron hace 200 años un puñado de hombres y mujeres encabezados por el Libertador Simón Bolívar para sellar la libertad y la independencia de todo el continente americano— ejemplo vivo de resistencia y fe inquebrantable en nuestro futuro de paz.Con humildad decimos que hemos confrontado al más brutal imperio que haya conocido la historia de la humanidad, con nuestro inquebrantable ejercicio de soberanía y nuestra disposición irreductible de ser libres e independientes para siempre. De allí la inmensa importancia que nuestro país otorga a este Movimiento, a los Principios de Bandung —verdaderos cimientos históricos y geopolíticos de un esfuerzo integrador y de colaboración entre pueblos del mundo— y a la revitalización de quien conforma hoy por hoy el esfuerzo multilateral más poderoso del planeta después de la Organización de Naciones Unidas: nuestro Movimiento de Países No Alineados, cuya presidencia pro tempore hemos ostentado hasta hoy con profundo orgullo.En la histórica Cumbre celebrada hace tres años en Margarita, en septiembre de 2016, nos trazamos tres metas muy concretas, de las que venimos hoy a rendir cuenta en esta cita en la bella y amable ciudad de Bakú:afianzar la cohesión de los países miembros sobre la base de la premisa de la unidad en la diversidad;fortalecer la solidaridad entre los Estados miembros, en el mejor espíritu del no alineamiento;avanzar en el proceso de revitalización del Movimiento, a fin de reafirmar su plena vigencia en la actual y turbulenta coyuntura internacional.Hoy podemos decir ante ustedes, con gran satisfacción, que hemos cumplido. Haremos entrega a la República de Azerbaiyán de un Movimiento de Países No Alineados robustecido que, a pesar de la diversidad, ha sabido mostrarse solidario y ha logrado asumir posiciones comunes, reafirmando así su plena relevancia para infortunio de quienes pretenden minimizar sus profundos alcances.La clave de todo está, queridos hermanos y hermanas, en el respeto mutuo y en apostar siempre al consenso solidario, pues este nos permite fortalecer la solidaridad y la unidad entre toda nuestra membresía, facilita la implementación de nuestras decisiones y consolida la credibilidad de nuestro Movimiento. Gracias a ello, hoy podemos decir que participamos en más de 200 reuniones de intenso trabajo multilateral a distintos niveles, para formular posiciones del Movimiento en temas que van, entre otros, desde el desarme nuclear, las medidas coercitivas unilaterales, los derechos humanos, el desarrollo sostenible, la cultura de paz, las cuestiones de Palestina y Puerto Rico, y las operaciones de mantenimiento de la paz, hasta el Día Internacional para el Multilateralismo y la Diplomacia para la Paz, establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas por iniciativa de nuestro Movimiento.Y, refiriéndonos a la solidaridad —uno de los principios rectores de nuestro Movimiento y expresión de respeto, amistad y paz entre los Estados—, nos valemos de esta oportunidad para expresar nuestra inquebrantable solidaridad con el heroico pueblo palestino y el pueblo puertorriqueño, así como con nuestras hermanas y hermanos de la República Popular Democrática de Corea, de Cuba, de Irán, de Nicaragua, de Siria y de Zimbabue, quienes hoy, al igual que Venezuela, enfrentan los efectos de la ilegal promulgación e implementación de medidas coercitivas unilaterales.Vaya, igualmente, toda nuestra solidaridad para el pueblo de Bolivia y, muy especialmente, para el hermano presidente Evo Morales Ayma, quien —a pesar de haber resultado reelecto con una amplia mayoría constitucional hace unos pocos días— enfrenta una campaña de desestabilización, un golpe de Estado apoyado desde el exterior, para desconocer la voluntad soberana del pueblo boliviano. El mismo guion político que intentaron aplicar contra Venezuela en enero de este año, y que nuestro pueblo derrotó en paz y con firmeza, es lo que hoy promueven contra Bolivia y el presidente Evo Morales. Una manera de hacer efectiva la fuerza de nuestro Movimiento —así lo creemos— es reconocer la legitimidad de su triunfo del pasado domingo 20 de octubre.Lo hemos dicho y aquí lo repetimos: los nuevos modos de guerra internacional se expresan hoy en agresiones económicas tan o más dañinas por sus efectos contra la población —principalmente contra los sectores más vulnerables: mujeres, niños y niñas, y ancianos— que las acciones militares. Las guerras económicas promovidas por potencias imperiales se traducen en paquetes de medidas neoliberales, brutales, instrumentadas por gobiernos satélites de Washington y por los designios del Fondo Monetario Internacional: recortes de sueldos y pensiones, subidas de tarifas de servicios públicos, cercenamiento de los derechos a la educación y a la salud. Denunciamos la imposición de políticas económicas, financieras y comerciales como actos de agresión con un efecto tan devastador como las acciones militares; hoy por hoy, las agresiones financieras y económicas son tan letales como los ejércitos.Por otro lado, cuando países como Venezuela —y tantos otros que comparten esta tribuna multipolar y policéntrica del nuevo mundo que representa el Movimiento de Países No Alineados— deciden atender las necesidades de sus pueblos por encima de los designios de las potencias hegemónicas, cuando gobiernos leales a su gente “ponen el acento en el hombre”, entonces los imperios decadentes imponen bloqueos atroces, violaciones al derecho internacional y agresiones contra nuestros pueblos. Venezuela está resistiendo y está venciendo: estamos superando la guerra económica multiforme, y el porvenir nos depara crecimiento, recuperación y prosperidad.Queremos expresar nuestro sincero agradecimiento a todas nuestras hermanas y hermanos del Movimiento por su confianza, por su valioso apoyo y por su permanente solidaridad con Venezuela en el ejercicio de la presidencia, así como por el espíritu constructivo demostrado a lo largo de estos tres años.Vivimos un mundo que enfrenta múltiples y complejas amenazas y retos para la paz y la seguridad internacionales. Estos deben ser abordados de manera conjunta y coordinada, como miembros responsables de la comunidad internacional, a través del multilateralismo y en el marco del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas. No podemos ser indiferentes ante la agudización de conflictos armados, la falta de soluciones a conflictos de larga data y el mantenimiento de situaciones coloniales y de ocupación extranjera.De allí que el multilateralismo, junto con el derecho internacional y la diplomacia de paz, sea el único escudo de los países del Sur frente a cualquier acto de agresión. En este momento histórico, el sistema multilateral enfrenta una compleja crisis: intervenciones militares, imposición de cambios de régimen, golpes de Estado, campañas de manipulación mediática, desinformación y operaciones encubiertas destinadas a desestabilizar política, económica y financieramente a miembros de este Movimiento. Sus motivaciones van desde los intereses de dominación geopolítica hasta la expoliación de recursos naturales y la imposición de modelos políticos, económicos, sociales y culturales en contravención de los más elementales principios de las relaciones internacionales.¿Cómo no ser objetivo de agresiones por parte de los grandes centros de poder? Nuestro Movimiento, la voz de los países del Sur, está conformado por casi dos tercios de las Naciones Unidas, agrupa al 55% de la población del planeta y —en un territorio que representa aproximadamente un tercio de la extensión mundial— alberga cerca del 80% y del 60% de las reservas globales de petróleo y gas, respectivamente; sin mencionar otros recursos naturales y la rica diversidad biológica de nuestros países. La composición multirregional del Movimiento nos convierte en un actor relevante de la política mundial: tengamos conciencia de ello.Por eso, el Movimiento de Países No Alineados —con su tradición y espíritu de lucha— continúa siendo imprescindible para democratizar el planeta, para que desaparezcan, de una vez y para siempre, quienes se arrogan la posición de gendarmes del mundo, y para dar paso a la creación y consolidación de un mundo multipolar, diverso y pluricultural; un mundo libre de cualquier pretensión hegemónica. Desde su establecimiento, el Movimiento ha servido de contrapeso frente a intereses colonialistas e imperiales. Somos herederos del legado de Abdel Nasser, Nkrumah, Nehru, Sukarno, Fidel Castro Ruz y Josip Broz Tito, pioneros de la emancipación de los pueblos y de las grandes causas de la humanidad.Estimados hermanos y hermanas, hoy nos preguntamos: ¿cómo garantizar respuestas concertadas ante las flagrantes violaciones de la Carta de la ONU y del derecho internacional —incluidos crímenes de agresión a partir de guerras jurídicas y económicas, y la ilegal promulgación de medidas coercitivas unilaterales— aplicadas como instrumento de presión y chantaje, afectando a más de un tercio de la población del planeta, incluidos 30 millones de venezolanos, como lo afirma el relator especial de la ONU?Nos preguntamos también: ¿cómo dar respuestas efectivas y consensuadas ante el cambio climático —amenaza directa contra la supervivencia de la humanidad, especialmente para los pequeños Estados insulares en desarrollo, nuestros hermanos del Caribe y del Pacífico—, ante el flagelo del terrorismo internacional, ante el incremento del gasto militar sin financiamiento del desarrollo, o ante la proliferación del racismo, la discriminación, la xenofobia, la intolerancia y la politización con doble rasero en derechos humanos, vulnerando los principios de objetividad, imparcialidad, no selectividad y transparencia?Agradecemos, de manera especial y desde el corazón de Venezuela, a los miembros de nuestro Movimiento por el voto de confianza y el valioso apoyo que extendieron a la candidatura de Venezuela al Consejo de Derechos Humanos. Fue un triunfo histórico en medio de graves agresiones y chantajes. Asumimos esta responsabilidad con total compromiso para defender a los pueblos del Sur.Desde Venezuela decimos que las respuestas a estas preguntas están en la observancia y el respeto pleno a la Carta de la ONU y a los Principios de Bandung. Ahí está el norte y la guía para solidificar la unión de nuestros pueblos en la batalla por un nuevo mundo en este siglo XXI que apenas comienza. Nuestra lucha —rebeldía frente a los poderosos, frente a las viejas potencias coloniales y a los imperios hegemónicos— es la lucha de los pueblos que se niegan a someterse a los designios de un hegemón.Hace poco más de cuatro años, en el sistema de Naciones Unidas, promovimos y aprobamos la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Nos comprometimos a un modelo de desarrollo verdaderamente humano e inclusivo, con perspectiva transformadora y sin dejar a nadie atrás; a enfrentar la pobreza en todas sus formas y dimensiones. Reiteramos nuestro compromiso con el derecho al desarrollo de nuestros pueblos, que tienen derecho a participar, contribuir y disfrutar del desarrollo económico, social, cultural y político.Sin embargo, aún es necesario emprender cambios profundos en la estructura económica internacional para lograr una distribución e inversión justas y equitativas de la riqueza que todos producimos. Se trata de encontrar, mediante el debate entre nuestras naciones, alternativas que pongan fin al sufrimiento económico de las grandes mayorías, a la desigualdad y a la violación masiva de los derechos humanos de pueblos enteros.Vemos con gran preocupación las consecuencias destructivas del modelo y de las fórmulas impuestas por el Fondo Monetario Internacional a nuestros pueblos del Sur. Son políticas que provocan colapsos estructurales —económicos, institucionales y sociales—, y la irrupción de sociedades enteras contra la injusticia, arrebatando independencia política, soberanía y autodeterminación. Hacemos un llamado a enfrentar el fondo del asunto: el modelo inhumano y excluyente que genera miseria y sufrimiento. Nuestro Movimiento debe levantar, en los años por venir, una alternativa al modelo que pretenden imponer el FMI y el Banco Mundial contra nuestros países.Para finalizar, reafirmamos la importancia de redoblar esfuerzos a favor de la consolidación de una cultura de paz, promoviendo el entendimiento político y el diálogo entre los Estados, sobre la base del respeto mutuo y apegados a los propósitos y principios de la Carta de la ONU, así como a las normas del derecho internacional. Renovamos el firme compromiso de la República Bolivariana de Venezuela con los Principios de Bandung y con los propósitos de nuestro Movimiento, apegados a los postulados de nuestra Diplomacia Bolivariana de Paz. Estamos convencidos de que, bajo el liderazgo de la República de Azerbaiyán —a quien deseamos el mayor de los éxitos y reiteramos nuestro pleno respaldo—, este gran Movimiento mantendrá su vigencia y desempeñará el papel central que le corresponde en la actual coyuntura internacional, en estos años en que amanece un nuevo tiempo histórico del siglo XXI.En la XIV Cumbre del Movimiento, reunida en La Habana (Cuba) en septiembre de 2006, nuestro eterno comandante Hugo Chávez dijo: “Somos el Sur, nosotros existimos y queremos existir en igualdad con el Norte, no subordinados al Norte. Merecemos respeto y tenemos dignidad; solo con el Sur igualado al Norte este mundo será posible; si no, este mundo es imposible”. Cuánta verdad y cuánta claridad en esta frase.Y, en el hilo conductor de nuestra historia, el Libertador Simón Bolívar exclamó hace 200 años: “La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino. ¡Unámonos y seremos invencibles!”.Con profundo orgullo, y convencidos de que este Movimiento encarna el clamor de redención y las luchas de nuestros pueblos por el futuro y la prosperidad —sin ataduras a cadenas oprobiosas—, dejamos en buenas manos de nuestro hermano, el presidente Ilham Aliyev, la responsabilidad de la presidencia del Movimiento de Países No Alineados para el período 2019–2022.Hermanas y hermanos: sigamos unidos, con coherencia y voz potente. Sigamos siendo luz y esperanza para la humanidad. Muchas gracias, y mucha suerte al presidente Aliyev en su período de presidencia 2019–2022.Muchas gracias.