Mis primeras palabras en este acto tienen que ser de emoción y recuerdo tanto para las víctimas mortales de las riadas del 29 de octubre y sus familias, así como expresar mi consternación y pésame a los familiares de Pascual López Martínez, el técnico de Tragsa que perdió la vida en el colegio de Massanassa en un desgraciado accidente cuando trabajaba en las tareas de reconstrucción. Unas tareas que, con todo el dolor, tienen que ser y son la primera y absoluta prioridad de todos, con la Generalitat al frente y, así lo espero, con la ayuda y coordinación de todas las administraciones y la sociedad civil. Acabamos de asistir a la toma de posesión de los nuevos miembros del gobierno de todos los valencianos: un nuevo vicepresidente, una nueva consellera de Justicia y Administración Pública, un conseller de Emergencias e Interior, la nueva consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo que integran ya un Consell que ha sido diseñado para acometer el mayor reto del autogobierno de los valencianos y valencianas de su historia. El acceso a sus nuevas responsabilidades es lo que nos convoca hoy aquí y me van a permitir que continúe con esta reflexión: Hoy, y aquí, no estamos haciendo nada nuevo y, al mismo tiempo, lo que hacemos es diferente a todo lo que se ha hecho antes. Esta Sala Nova o de Corts es uno de los espacios con más carga simbólica de la que es la casa de todos los valencianos: el Palau de la Generalitat. Esta estancia, llena de historia e identidad colectiva, ha sido el escenario de la jura o promesa de gobiernos que se conformaban de nuevas o de aquellos que se renovaban por muchas razones, buscando nuevos caminos de acción o renovados impulsos de gestión en busca del bien común. Aun así, por muchas veces que en esta Sala Nova se haya visto el acto de toma de posesión de los miembros del Ejecutivo valenciano, el acto de hoy no se parece a ninguno otro que haya hecho ningún otro Consell en toda la historia de nuestro autogobierno. Porque tampoco hay referentes para la situación a la que nos enfrentamos en estas horas. El dolor que compartimos nos acompañará por siempre jamás. Vidas que tenían que continuar se apagaron el 29 de octubre por la riada. Han sido muchos los que lo han perdido todo. Y muchos más sufren las consecuencias devastadoras en aspectos esenciales de aquella normalidad que golpeó la barrancada. Y todos los valencianos lo sentimos de esa manera, lo sentimos unidos. Conmovidos y con toda la humildad, nos ponemos en marcha. Con serenidad pero sin perder ni un minuto, ponemos en marcha la reconstrucción. Sin perder el rigor o la medida en las importantes decisiones que se tienen que tomar, hoy nace este nuevo Consell de la Recuperación que también dará un impulso renovado al conjunto de toda la Comunitat Valenciana. Era el cambio que tenía que producirse, el que adaptaba nuestra administración pública a las lecciones de un desastre natural que es el peor que ha sufrido ninguna otra región en este siglo, que nos obliga a asumir la responsabilidad que nos corresponde, con el que esta Presidencia da un nuevo sentido a toda la acción del Consell. Había que hacerlo para responder de manera efectiva y con las máximas garantías de coordinación al reto de la recuperación económica, social y sentimental después del brutal golpe que hemos sufrido. Asumimos que lo que tenemos por delante es un camino largo y lleno de obstáculos, pero que nos llevará al objetivo que todos deseamos. Hay mucho para hacer y mucho camino por recorrer que hay que hacerlo juntos, apoyándonos unos a otros, tal y como siempre hemos hecho como pueblo: recordando el pasado, aprendiendo del presente y pensando y trabajando en el futuro. Llorando por los que ya no están, ayudando a los que lo han perdido todo y trabajando para que los que vengan después no tengan que sufrir lo que nosotros hemos sufrido. Señoras y señores: Este nuevo Consell nace con un propósito claro y firme: asegurar la recuperación económica y social de cada rincón de nuestra tierra, desde la costa hasta el interior. Con una vicepresidencia específica que será el corazón de una estrategia de recuperación de acción transversal. La Vicepresidencia Segunda y Conselleria para la Recuperación Económica y Social nace de una necesidad que no es sólo la de reconstruir, sino la de replantear el conjunto de las actuaciones económicas, sociales y administrativas que se derivan de la mayor catástrofe natural de la historia reciente de la Comunitat Valenciana. Dentro de sus competencias, esta Vicepresidencia coordinará el conjunto de actuaciones de toda la Generalitat para centrar los esfuerzos en la recuperación. Una recuperación en la que será esencial el papel de Alicante y Castellón, que no van a ser ajenas a este esfuerzo colectivo y que cuentan con iniciativas y proyectos que, sin duda, van a aportar mucho y bueno a la tarea que todos tenemos por delante. Junto a esta labor centrada en armonizar y guiar cada uno de los pasos que se vayan a dar, esta Vicepresidencia diseñará, impulsará e implementará las actuaciones administrativas y todos los procedimientos que se requieran para esta recuperación. De igual manera elaborará y propondrá las modificaciones normativas que sean necesarias y diseñará todo el arquetipo de medidas económico-financieras que se pondrán al servicio de la reconstrucción, en absoluta coordinación con todo el Consell de la Generalitat. No se trata de afrontar el futuro con claridad y rigor, también necesitamos garantías y determinación. De igual manera, entre los cometidos de esta Vicepresidencia se encuentra el de la confección del Plan de Recuperación Económica y Social, que se hará desde una perspectiva transversal, desde la eficacia y la eficiencia para reestablecer, cuanto antes, la normalidad que supone tener un techo, ir al colegio, abrir el negocio, desplazarse hasta el puesto de trabajo, hacer deporte o disfrutar de un tiempo de ocio. Y, a partir de ahí, seguir avanzando hacia el futuro sabiendo que contamos con soluciones que minimicen el riesgo de cualquier situación de crisis, con independencia de la administración que las deba implementar. Unas soluciones que vamos a acometer de inmediato en el ámbito de nuestras competencias. Es por eso que, hoy aquí, vicepresidente, te encomiendo llevar a cabo estas actuaciones con celeridad y rigor que ha caracterizado tu trayectoria profesional y tu prestigio. Me consta que lo harás. Como me consta que lo hará también el nuevo conseller de Emergencias e Interior, Juan Carlos Valderrama, que ha accedido a aportar su notable experiencia en este campo y que será responsable, junto a la nueva vicepresidencia, de rediseñar todo nuestro sistema de prevención, alerta y protección civil ante futuras emergencias o situaciones de crisis de cualquier índole, incluidas las sanitarias. Cabe recordar que la mayor crisis sanitaria de la historia, la pandemia provocada por la COVID-19 puso de manifiesto la necesidad de contar con un sistema de salud fuerte, preparado y moderno. Por ello, ante la mayor catástrofe natural desde hace siglos como las riadas del 29 de octubre, estamos obligados a diseñar y poner en marcha un nuevo sistema de emergencias y protección civil, así como exigir la modificación de los protocolos para adecuarlos a las nuevas realidades, tanto climáticas como desde el punto de vista del territorio y las infraestructuras modernas, que traen consigo riesgos que eran desconocidos hace solo unos años. Un sistema de respuesta a las situaciones de crisis bien dotado, preparado y coordinado con el conjunto de administraciones que contemplen también, como he apuntado antes, desde la atención sanitaria –elemento que se integrará por primera vez en el sistema de las emergencias– hasta los equipos de bomberos, rescate y seguridad. Otro de los aspectos fundamentales a los que este nuevo diseño competencial va a dar respuesta es al de la necesidad de contar con unos servicios públicos fuertes, eficaces y preparados. Esa va a ser la misión fundamental de la nueva Conselleria de Justicia y Administración Pública y de su consellera, Nuria Martínez, que debe abordar el reto de la transformación digital tanto para la Función Pública valenciana como para la Administración de Justicia. No podemos seguir viviendo con procedimientos eternos que lastran la actividad de los tribunales. En ese sentido, la unión de las competencias en materia de Justicia y Función Pública con las de digitalización y tecnologías de la información va a hacer posible que tanto nuestra Administración general como nuestros juzgados sean más modernos, más agiles y, sobre todo, más eficientes y eficaces con un único fin: mejorar la atención que se le presta al ciudadano. En la tarea de la recuperación que este Consell inicia hoy va a tener un papel esencial la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, con Marian Cano al frente para mantener el buen ritmo en la atracción de inversiones en las tres provincias iniciado en esta legislatura y ayudar a nuestro tejido productivo a seguir siendo un referente en la creación de empleo, oportunidades y actividad económica, que es lo que más necesitamos. Es cierto que las riadas y la destrucción que han provocado van a condicionar –como es natural– toda la acción del Consell. Pero no se puede obviar que durante los últimos 15 meses se han puesto en marcha todo tipo de iniciativas en materia fiscal, de atracción de inversiones y mejoras en los servicios públicos esenciales como la Sanidad, la Educación y el Bienestar Social en las tres provincias que nos han dado unas bases sólidas desde las que afrontar los retos que nos quedan por delante. En estos meses de legislatura, se han desbloqueado proyectos de infraestructuras esenciales en Alicante e impulsado iniciativas de innovación de primer orden en Castellón. Todo ello va a redundar en beneficios para las zonas afectadas de la provincia de Valencia en esta hora en la que se necesita, más que nunca, de la unión, la solidaridad y la altura de miras en toda la Comunitat Valenciana. Señoras y señores, Cada familia es un hito en el camino de esta recuperación, que a nadie le quepa duda. Cada persona, cada hogar, cada calle, cada negocio, cada polígono industrial de cada pueblo se va a sentir parte de esta reconstrucción en la que la garantía de ser un territorio más seguro y mejor preparado es irrenunciable. Necesitamos anticiparnos, prevenir y responder ante las emergencias de una manera más ágil, más rápida, más eficaz. Y hacerlo, no solo en momentos de crisis, sino de manera preventiva para minimizar el impacto de posibles situaciones adversas. La prevención será también la respuesta. Nada de lo que hoy empieza tendrá sentido si los objetivos propuestos no se cumplen de manera efectiva. No hablaremos de eficacia si no conseguimos el impacto deseado y el beneficio que se ha de sentir y tocar en cada casa, en cada calle y en cada pueblo. En el horizonte de reconstrucción en el que ya nos encontramos, nos corresponde acompañar la gestión con tres tareas que, en mi opinión, deben estar presentes en la acción de todas las administraciones de forma sostenida: Explicarnos de forma adecuada y por todos los medios oficiales con los que contemos; explicarnos más, hacerlo mucho mejor. Adoptar las medidas necesarias, y todas las que se precisen, contando con los recursos que reclama una reconstrucción de esta magnitud, y todos los recursos: los propios y los que consigamos, los que vengan y los que no nos cansaremos de exigir por encima de cualquier consideración ajena a lo único que importa: volver a ponernos en pie; Mantener la máxima colaboración con el resto de las instituciones, habilitando ámbitos de interlocución efectiva con el resto de las administraciones, mejorando la coordinación, reservando todo el tiempo, toda la energía y todos los recursos a lo que merece de verdad nuestro tiempo y nuestras energías: las personas, sus hogares, sus negocios, su transporte, su derecho a regresar a la normalidad que perdieron con la riada. En el mismo sentido, quiero decir que, a partir de ahora, nuestros mensajes no hablarán de la acción porque la acción será el mensaje. Acción orientada al servicio de las familias afectadas, de sus necesidades, de la llegada de ayudas para poder reconstruir sus vidas y sus hogares, para poder abrir sin demoras innecesarias sus negocios, para poder tener garantizada la educación de sus hijos, la asistencia sanitaria, la atención de los mayores y de las personas vulnerables, la posibilidad de acceder al transporte. Acción sostenida por la cooperación y la coordinación de todas las áreas y todos los niveles del Consell, y desde toda la Comunitat, con Alicante y Castellón como claves necesarias para la reconstrucción. Acción destinada a despertar confianza entre la ciudadanía conforme avancen las actuaciones y, lo más importante, se aprecien los resultados, tal y como se ha ido viendo durante los últimos 27 días en los que la Generalitat ha desplegado al máximo todas sus capacidades administrativas y de gestión para atender a los damnificados, retirar lodos, enseres y vehículos, y reconstruir infraestructuras en el ámbito de sus competencias. Acción efectiva para garantizar los resultados. Acción real y presencia constante. Quiero dirigirme ahora a los nuevos miembros del Consell, así como a la nueva portavoz, Susana Camarero junto a Nuria Martínez, Juan Carlos Valderrama, Marián Cano y Francisco José Gan Pampols. Hoy reconozco en público lo que ya he tenido ocasión de trasladaros en privado: vuestra valentía y compromiso es un estímulo para todos y vuestra trayectoria supone un aval de profesionalidad y rigor que anticipa buenos resultados. Gracias por querer estar con nosotros y por ese paso al frente al que sólo anima esa vocación de servicio público irrenunciable que os define y os honra. Como es de justicia también quiero reconocer a Salomé Pradas y a Nuria Montes el trabajo realizado durante todo este tiempo. La nueva estructura del Consell va más allá de situar un nombre junto a un cargo. Son personas cuyos perfiles y capacidades suman para aportar experiencia y liderazgo. Perfiles de brillantes carreras en sus respectivos ámbitos que, desde hoy, se ponen a disposición de los valencianos para llevar a cabo el servicio más importante de sus vidas. Un servicio que va a responder a necesidades que son vitales, porque lo son. Un servicio público que va a ser acompañamiento a través de la acción y que dará consuelo y esperanza a las familias y soluciones a las empresas a través de los resultados. Una acción gubernamental que habrá que desplegar con todas las garantías y sin perder ni un minuto, y en un contexto de rabia y dolor que todos comprendemos y asumimos, por amargo que sea. No ignoramos ese sufrimiento, ni siquiera la indignación que puede acompañarlo en determinados momentos y que cualquiera debe comprender. Nuestra responsabilidad es mirar de cara esa realidad para la que vamos a dar respuestas, como lo hemos hecho desde el primer momento. Vamos a poner los medios humanos y técnicos hasta el límite de nuestras posibilidades, porque es nuestra obligación, y nada más que nuestra obligación. Y nada menos.