La vez pasada hablamos… La vez pasada dijimos que el sol… La exposición en una democracia achicharra a los vampiros. No a los animales, sino a las malas energías. Cuando me refería a eso, me refería básicamente a la egolatría. La egolatría es uno de los peores vicios de una administración. Incluso, de la política. Por eso, se destruyen proyectos colectivos, tanto en la política como en la administración pública. La guerra entre egolatrías es una guerra entre vampiros. Sobre todo, en una democracia, donde los gobiernos se deben es al pueblo, a la gente, no a nuestras propias ambiciones. Las ambiciones son buenas, pero depende de si pueden confluir con las aspiraciones de la gente. Si no, van en contravía y simplemente desaparecen. Tanto en la administración pública como en los proyectos políticos colectivos.Vamos a examinar, no los decretos, porque ya se han firmado, casi 20, más de 20. Este es el central, que ordena prácticamente toda la acción del Gobierno hacia una región específica, el Catatumbo. Nosotros dijimos, desde el comienzo, y no estamos muy lejos de lo que fue la filosofía central del acuerdo de paz entre Santos y la Farc, que la paz hoy consiste, básicamente en la transformación del territorio.Territorios excluidos por siglos, sobre los cuales no hay inversión pública, en los cuales hay necesidades básicas enormes, pobreza, y en los cuales la única alternativa que ha quedado a la población que habita en ellos es la economía ilícita, llámese oro ilegal, llámese cocaína, llámese marihuana, que no debería ser ilícita, Ministro de Justicia.Hay grandes zonas del país que están consumidas por la violencia, por una ilicitud que no debería ser ya en la legislación colombiana, si se adaptara a como ya es el mundo de hoy, donde el cannabis es legal y donde tendríamos una gran fuente de divisas –se calcula 4 mil millones de dólares–, procesos de industrialización y, sobre todo, un campesinado en el norte del Cauca que podría vivir tranquilo y progresando. Pero el sectarismo interno de Colombia no lo deja ver lo que sí vieron la gente de Nueva York, de buena parte de Estados Unidos, de Europa.El CatatumboAquí nos circunscribimos a una región que es el Catatumbo. Si la paz consiste en transformar el territorio excluido, el Catatumbo es un territorio excluido, es un territorio violento y está inmerso en una de las zonas más grandes del mundo en cultivos de hoja de coca. Cerca de 50 mil hectáreas, la mitad ubicadas en Tibú.Tibú es un municipio fronterizo con Venezuela, es la zona fronteriza del Catatumbo, más una región alta de los municipios de Convención, El Tarra, más una esquina del sur del Cesar. De esas regiones que estamos hablando, es una región cuya larga frontera es porosa, allí se pasa por trochas, no hay formas eficaces de control, ni del otro lado, ni de este lado. La frontera ha venido quedando en manos de las mafias. Sobre todo, a partir de la tonta decisión pública de suspender relaciones y de cerrar la frontera, en aquel entonces, que prácticamente le entregó tanto la frontera araucana, como la del Norte de Santander y la del sur del Cesar al ELN y otros grupos.Entre esos otros grupos, el frente 33, que alcanzan a ser los dos mayores en dimensión en este momento.El frente 33 está en un franco proceso de paz con el Gobierno, de esto ya se hablará más adelante. Será Otty Patiño quien se encargue de mostrarle al país en qué consiste. Pero, entonces, yo quiero que veamos aquí, digamos, la realidad del hoy del Catatumbo.La mitad de lo que eran fuerzas ilícitas quieren transitar hacia la paz, la otra mitad, que también tenía esa oportunidad, decidió fortalecerse, traer gentes de otros lugares, armada, e iniciar unas masacres y una extinción de su contraparte buscando el control absoluto de la hoja de coca y de la cocaína en la frontera, en toda la frontera. Incluso, con actividades ilícitas del otro lado de la frontera. Esta cocaína sale por la Alta Guajira. En línea directa y en pocas horas está en Haití, financia la violencia haitiana y de ahí hacia la otra costa sigue hacia Miami. Esa es la ruta. El Catatumbo está financiando la descomposición de la República de Haití. Por tanto, aquí estamos hablando de una estrategia geopolítica. Tiene a Venezuela a un lado, Haití en el norte y nuestro propio territorio colombiano.Por eso el ELN usa una estrategia que usó el paramilitarismo en esa misma región. Carlos Castaño decidió en su momento desocupar zonas para él mismo introducir otros habitantes y controlar los territorios que desocupaba de gente pero que ocupaba con su propia gente. Se le llamó a eso la Reforma Agraria de Carlos Castaño.Era una Reforma Agraria de mentiras, pero buscaba grandes controles territoriales a partir de una población súbdita al paramilitarismo, precedida de una época de terror y de muerte generalizada sobre las poblaciones originales en ese territorio.Lo que hemos visto en este momento es que decidió, premeditadamente, expulsar 55.000 personas de zonas cultivadoras de hoja de coca. Esas zonas hoy están semidesocupadas, pero que su pretensión es ocuparlas con población ajena al territorio, pero súbdita de las armas del ELN.Esto en plena frontera es el peligro más grande de soberanía nacional que tengamos después de lo que ocurrió entre Nicaragua y San Andrés y que pudo este Gobierno detener. Recuperar la fronteraEs un problema de soberanía nacional y es un problema, obviamente, de derecho humanitario. Entonces la decisión de este gobierno es recuperar la frontera y las fronteras en plural, ministro de Defensa.Una nación que no cuida sus fronteras no es nación. La función constitucional del Ejército es cuidar la frontera. Hay otras, pero esa es la esencial.Luego, la estrategia que trazamos –porque reconocemos que hay un peligro de soberanía nacional inminente en este lugar del país– es que los decretos de (el Estado de) Conmoción (Interior) nos ayuden a superar la emergencia.Superar la emergencia significa control político y social de la frontera. En términos sociales, democracia real para sus habitantes. En términos militares, que ahí comienza Colombia, en esa línea. No otra cosa, Colombia. Entonces, aquí vamos a analizar un decreto en concreto. Tiene que ver, entonces, palabras más, palabras menos, y le pasaré la palabra al ministro de Hacienda (Diego Guevara) para que explique más detalladamente este decreto que se va a presentar ante la población, sus organizaciones sociales, en el Catatumbo. Tiene más o menos la siguiente filosofía para poderlo entender: Lo que produce la oleada de violencia, que tiene 71 muertos en este momento, mal contados –porque sabemos que el ELN ha enterrado en fosas comunes cadáveres–. Luego el balance tendrá que hacerse, ojalá, con una comisión internacional. Antonio (Sanguino, Ministro de Trabajo), usted puede ayudarnos en eso, de Naciones Unidas, independiente, que pueda hacer el informe de la violación del Derecho Internacional Humanitario en el Catatumbo, una vez estabilicemos la zona.Esa violencia no solamente es, porque se es frontera, sino, porque, básicamente hay 55.000 hectáreas sembradas de hoja de coca. Nuestro objetivo es erradicar la mitad, en el lapso de tiempo que dejan los decretos de Conmoción Interior.La Conmoción Interior dura 90 días, prorrogables otros 90 días. Sus efectos fiscales, que son los más importantes, es decir, poder poner impuestos o tasas y reformar el presupuesto nacional, que ambas cosas son por ley, se hacen en estos 90 días, también por ley, pero expedida por el Gobierno Nacional. Esa es la esencia de la Conmoción Interior.Se hace para erradicar los motivos que conmocionaron la región. Luego tenemos a corto plazo, ya hace 40 días, se expidieron los primeros decretos.Esos decretos ya están en plena ejecución, pero este que vamos a analizar hoy concentra y condensa lo que queremos.¿Qué queremos? Erradicar cultivos de hoja de coca, 25.000 hectáreas como objetivo. No lo vamos a hacer por los métodos tradicionales de fumigación. Está prohibida por la Constitución en mi opinión, es inconstitucional, no solamente ilegal.Y no vamos a hacer una guerra con el campesinado del Catatumbo, sino a buscar una alianza con el campesinado del Catatumbo, fundamental para que el Catatumbo progrese y sea una región tranquila. Pagos por erradicación voluntariaEl método que vamos a utilizar se llama pagos por erradicación voluntaria de cultivos. Cultivos no es hoja de coca, cultivos no es cortar la mata dejando la raíz enterrada, no sirve.Pagar por erradicación de cultivos es toda la mata incluida sus raíces. Es lo que impide que vuelva a retoñar. Y se pagará de acuerdo a unos precios por tonelada, etcétera, que establecerá Gloria (Miranda), la encargada del (Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito) PNIS, programa fracasado del gobierno Santos, pero que lo hizo Trizas el gobierno Duque, pero que nosotros queremos revivir de una manera más eficaz.Hasta ahora era una simple transferencia fría desde las oficinas del (Departamento Nacional de Planeación) DNP en Bogotá hacia un campesinado que no conocía, no entraba en contacto físico con él. Muchas de las zonas PNIS no tenían hoja de coca, eran estafas. Y mucho del dinero quedó en manos de operadores privados que se inventaron impidiendo un diálogo directo entre el Estado y el campesinado productor de hoja de coca.Eso no va más. Lo que vamos a realizar es un contacto directo del Gobierno con el campesinado productor de hoja de coca para proponerle unos recursos a cambio de las matas completas, que serán miles de toneladas, esperamos. Ya arrancó la lista de aspirantes, Gloria tiene un informe ya sobre eso, pero esperamos que cubran 25 mil hectáreas. Esas 25 mil hectáreas deben ser tituladas al campesinado del Catatumbo.Es el mecanismo con el cual contrarrestamos las decisiones del ELN de desocupar la región y transferir una población ajena al territorio. Titular masivamente, para que el campesinado sea dueño de sus parcelas, tenga títulos, incluso, hereditarios, aun sabiendo que están bajo ley según da buena parte de sus territorios, recuperar la reserva indígena que existe allí y dedicar el territorio a una mistura entre lo forestal y la producción agroalimentaria, el cacao, el café y muchos otros productos. Sabemos por el Ministerio de Agricultura que también aquí se expresará, es absolutamente propicio.Luego aquí ya tenemos dos grandes programas que tenemos que financiar. El Ministro de Hacienda dirá los componentes, los dineros que se van a dedicar y las nuevas tasas e impuestos que no gravitan sobre la población colombiana, sino sobre unas actividades específicas como los juegos de suerte y azar o la exportación de petróleo y carbón. Entonces tenemos ya dos grandes partidas, una, pagar la sustitución de cultivos y dos, sembrar en el mismo territorio con el mismo campesinado titulándole la tierra.La tercera gran partida es cómo sacar toda esa producción lícita hacia los mercados. Aquí, hay una inmensa paradoja que, en algún discurso decía, en el gobierno de Santos decidieron una carretera transversal entre Gamarra y Ocaña, doble calzada, se gastó como cuatro billones de pesos el Ministro de Hacienda, cuatro billones.Para todo lo que está aquí que vamos a realizar, vamos a gastar 2.7 billones. O sea, aquí las decisiones para salvar territorio resultan ser menos costosas que las grandes decisiones que siempre son para hacer grandes negocios de unas muy poquitas personas.La vía por el CatatumboLa asociación Odebrecht, que ahora me echan la culpa de Odebrecht en (periódico) El Colombiano, y (el empresario Luis Carlos) Sarmiento construyó esa obra que resultó ser una estafa. Y fíjense ustedes cómo todo el gobierno de ese entonces, desde el consejero que llamaban superministro, el señor Néstor Humberto Martínez, la ministra de Educación, la señora, ¿cómo se llamaba? Gina Parodi, Gina Cecilia Álvarez, que era la de Transporte, y todo eso se confabuló para rápidamente, ahí sí.No hubo demoras, mucho menos que estos 40 días de Conmoción Interior que llevamos. Se firmaron (documentos del Consejo de Política Económica y Social) COMPES, (Consejo Superior de Política Fiscal) CONFIS, se destinaron los recursos. Ahí sí había plata, ministro, y se dedicó a una obra donde se iban a robar la plata.Si uno pone en el mapa a Gamarra, Ocaña, y mira a la derecha de Ocaña ¿Qué está? El Catatumbo. O sea, en el afán y la angustia por robarse la plata, obviamente no miraron la zona que era pobre, sino exclusivamente la zona que podía dar el tráfico para robarse la plata. La transversal Gamarra, Ocaña, por donde pasa, la mitad era la ruta del Sol II, que pasa por La Mata, sitio que ahora va a ser muy importante, después de Aguachica.No recuerdo si el burro es al norte de La Mata o al sur, ya se me ha olvidado esa geografía, al norte.La Mata era el punto intermedio. Hicieron la obra del negocio y no se les ocurrió pensar en una carretera que fuese hasta Tibú, que ya es en la frontera con Venezuela. Eso dejó completamente sin salida al Catatumbo.Se necesitan horas y horas para llegar a Cúcuta, Cúcuta también tiene problemas de embotellamiento.Y se necesitan al menos 12 horas para salir a la carretera que va a Santa Marta, al mar, al puerto, o a Bogotá, a los grandes mercados del país. ¿Cómo se puede entonces sustituir rentablemente cultivos de hoja de coca en la región de Tibú, que no hay carretera hacia Venezuela, si no se hace la carretera? Hay que decirlo con autocrítica, el Ministerio de Transporte de este Gobierno nunca priorizó la carretera. El Ministerio de Transporte de este gobierno estuvo cooptado por los mismos círculos que prefieren los grandes negocios que las carreteras y las vías que pueden construir o ayudar a construir la paz en Colombia.La ministra nueva del Ministerio de Transporte, María Fernanda (Rojas Mantilla), ha logrado rescatar de los escritorios escondidos estudios parciales de la carretera Tibú – La Mata. Por eso La Mata es clave. La carretera hoy son 12 horas de vía, entre huecos, pero tenemos los diseños.Entonces, la tercera gran acción dentro de estos decretos de Conmoción, y vamos a necesitar mucho de la capacidad de ingeniería del Ejército, es lograr al menos, dentro del periodo de la Conmoción, que pueda ser transitable y pavimentada la vía entre El Tarra, entre La Mata y Convención. Con eso acortamos tiempo. Se pavimentará Convención-El Tarra, de acuerdo al mapa.No vuelvo a decir, Convención – La Mata. La Mata ya está en la ruta del Sol II. Ya está en el valle del río Magdalena. Entre La Mata y Convención la hacemos, la completa, una vía que está diseñada de todas maneras este año, más una pavimentación este año entre Convención y El Tarra, que está en el centro ya geográfico del Catatumbo. Todavía tendremos líos entre El Tarra y Tibú, pero el año entrante, por supuesto, nuestro Ministro, espero que anote eso, ya ordinario, ya por fuera de la Conmoción, tiene que realizar esa obra para el año entrante y completar la carretera de La Paz, que es la carretera del Catatumbo, que desde el año 2016, cuando se firmaron los acuerdos con la FARC, debió haber sido comenzado a construir.Es una traición al proceso de paz, por un negocio, la vía Gamarra a Ocaña, pero dejemos eso en el pasado. Ahora nosotros hagamos la vía que toca, La Mata, Convención, El Tarra. Cada una de estas tres, ya modalidades, necesita cuantiosos recursos y queremos que se apliquen este año para ver, será una demostración, si se transforma un territorio socialmente, se encuentra La Paz.Proceso de pazParalelamente se desarrollará un proceso de paz en el Catatumbo. Como hemos dicho, más importante hablar con los desarmados que con los armados, pero ya son centenares las personas que con armas quieren dejarlas en el Catatumbo. Y en esa medida abrimos las puertas.El pacto social del Catatumbo es el acuerdo de paz posible. Se hizo con las comunidades. Estos decretos de conmoción concretan en buena parte, de manera sustancial, el acuerdo de paz que con las comunidades construimos.Es decir, esto que estoy hablando lo pidió la comunidad. Al lado de estas tres grandes obras para lograr desactivar la base económica de la violencia habrá una ofensiva militar. De eso no hablaremos en este Consejo de Ministros porque es reservado.Y al lado de la ofensiva militar y de la ofensiva social tendremos derechos universales que hay que garantizar, ministros que hay aquí que son responsables de ello, en la salud, en la educación, en el bono pensional para los campesinos y en otras materias que ya ustedes aquí comentarán. Este es el resumen de lo que queremos hacer. Entonces, nodo central sustituir cultivos.Erradicar voluntariamente la hoja de coca como nunca antes se había hecho. Sin campesinado no es posible. Si la fuerza social que está allá mayoritaria, que es el campesinado, hoy asustado, aterrorizado por las masacres del ELN, no nos ayuda, no se va a poder.La paz la hace el pueblo. Si la carretera de la que hemos hablado para sacar la producción lícita a los grandes mercados del mundo o de Colombia no se hace rápidamente, es porque el pueblo no nos ha ayudado.El Ejército va a convocar miles de personas para que nos ayuden a la construcción de la carretera, cuidadas obviamente en las vías y en los tramos que hemos anunciado precisamente para poderlas hacer en el tiempo que queremos hacer.No podremos sembrar cacao, no podremos sembrar café, no podremos sembrar cebolla, no podrá sembrarse piña, no se podrán hacer ganaderías intensivas, etcétera. Si la fuerza campesina no nos ayuda. Casi que en una frase podría decir que la paz de Colombia pasa por la decisión voluntaria del campesino cultivador de hoja de coca de erradicar el cultivo.Eso es todo. Ahí se encuentra la paz de hoy. La violencia, como ustedes han visto, y las cifras están en discusión, se va arrinconando en la frontera de Colombia.Ya no está aquí propiamente. Eso es una buena noticia y mala también, porque realmente Colombia viene erradicando su violencia.Por eso, Ministro de Defensa necesitamos, ahora, que han puesto en cuestión las tasas de homicidios que entrega la Policía y las de Medicina Legal, porque son bases diferentes, porque hay homicidio en accidente de tránsito, porque hay homicidio no intencional, porque el suicidio puede ser considerado como homicidio, porque hay otro tipo de violencias aún en la sociedad colombiana, nosotros necesitamos medir lo que llamamos la violencia.Es decir, ¿por qué un colombiano mata premeditadamente a otro colombiano o a otra colombiana? Entonces, ¿esto que es? La violencia tiene que ser medida. Colombia, efectivamente, viene cada vez con más fuerza logrando municipios más y más pacíficos. Medellín viene a ser un ejemplo de eso. No tanto Bogotá, que lo era antes. Pero esas tasas de homicidio se vuelven cada vez mayores en la frontera. Luego el peligro se vuelve de soberanía nacional.Bien, les iba a leer aquí un libro del filósofo (y ensayista surcoreano, experto en estudios culturales y profesor de la Universidad de las Artes de Berlín) Byung Chul Han, que yo casi no pronuncio. Byung Chul Han, Daniel, usted que le gustan las tesis bien profundas. Miren lo que dice: hoy en nuestra sociedad –estoy hablando del libro, se llama El Espíritu de la Esperanza, nos lo regaló aquí la canciller, hay que aplicarlo, canciller– hoy en nuestra sociedad narcisista, la sangre está encerrada en la mezquina circulación de nuestros egos. Ya no fluye al mundo, faltos de mundo, ya sólo orbitamos en torno a nuestro ego. En cambio, la esperanza tiene amplitud, funda un nosotros, en eso se distingue del deseo y la mera expectativa.Fundar un nosotros es la acción de la política, un nosotros. Cuando aquí hay una pelea de egos, y la egolatría narcisista se vuelve el eje de la política y de la acción administrativa, lo que se excluye es al otro. No es posible formar un nosotros en plural, sino un yo.Me importa un bledo los demás, y puedo pegarle el codazo y a veces el disparo al vecino. En una política progresista, amigos y amigas, el nosotros es definitivo. En una política de derechas, a lo (Javiuer) Milei (Presidente de Argentina) y a quienes se parecen en Colombia, el ego es definitivo. El ego es el solitario. El yo, el nosotros es lo colectivo. No se puede cambiar la historia de un país sin un nosotros.Y si lo que hemos visto, a partir del Consejo de Ministros pasado, es el ego en su máxima dimensión. Pues no es un proyecto progresista, mejor que Milei llegue y gobierne a Colombia con su sierra. El nosotros es una diversidad. Yo me he resistido a que el Gabinete, nos han metido los dedos en la boca por ello, el Gabinete sea diverso en todo el sentido de la palabra: cultural, regional, de género, de aspiración política, de visión política.No de aspiración tanto. El aspirante político aquí tiene que irse, porque no podemos gobernar y hacer elecciones al mismo tiempo. Eso lo había dicho desde el año pasado, pero no se me puso mucho cuidado. Aquí tenemos que ayudar a construir un nosotros en la sociedad colombiana. No en el Gabinete, que también.Si no se trabaja en equipo fracasamos. Pero el nosotros es fundamental en la sociedad colombiana. Las derechas les han enseñado durante todo este siglo, y buena parte del siglo pasado, a la sociedad colombiana a ser egolátrica, a pelear por ego, por eso se mata, por eso la tasa de homicidios, el ego por encima del nosotros.Aquí yo les propongo que cesen, cese el ego, siempre está por ahí, pero póngalo bajito, a fuego lento, todavía no es el momento del ego. Pongan el nosotros por encima, porque la victoria del 2026 depende de que haya un nosotros dispuesto a luchar por lo que sabemos, que no es más que dignidad. Nosotros, no yo, porque si no, pues es mejor volver hacia atrás y si volvemos hacia atrás, volvemos a la masacre, vuelve la sangre a correr, no hacia el mundo, sino hacia la destrucción de la sociedad colombiana.Entonces, le quería, usted que me regaló esto, doña Laura, a leerlo, porque es el nosotros, no el ego, para cada una y uno de los que aquí presentes. Entonces, Ministro de Hacienda, ahora sí le dejo la explicación más compleja.